Irregularidades para obtener créditos

 

El aumento en el precio de las viviendas y el boom inmobiliario que se vive en Santiago, Temuco o Antofagasta puso en acción el radar de las autoridades, al punto que establecieron un comité del más alto nivel para evitar que a Chile le pase lo que a Europa o a Estados Unidos: que de pronto la economía se desacelere bruscamente, el valor de las viviendas se desplome y nos encontremos ante una masiva morosidad en los préstamos y una fuerte tensión sobre la salud de los bancos y las instituciones financieras.
Los agentes involucrados son poderosos: Hacienda, el Banco Central y las superintendencias de Valores y Seguros, de Pensiones y de Bancos. Hasta ahora los mensajes son tranquilizadores. El precio de los inmuebles ha subido amparado en los fundamentos de la economía chilena, que desde 2010 está creciendo por sobre el 5%.

El motor principal en la compra de viviendas en Chile es el crédito hipotecario. En la banca existen a julio 926.500 deudores hipotecarios y el presidente de la Asociación de Bancos, Jorge Awad, destaca el aporte que ello significa para que las personas puedan tener acceso a una vivienda y aclara que la gran mayoría lo hace respetando las reglas.

No obstante, «El Mercurio» detectó algunas prácticas que llevan a preocupación por los efectos que pueden tener en este contexto de boom inmobiliario. Aunque son maniobras acotadas -dicen en la banca-, reflejan el actuar de inversionistas sin capital que buscan obtener réditos en la boyante economía actual. La apuesta es pagar los dividendos con los arriendos de las propiedades, de modo que se paguen solos, sin considerar que si en el largo plazo la situación económica cambia, puede bajar el número de personas capaces de arrendar una propiedad.

Una de las más usadas es pedir créditos hipotecarios al mismo tiempo para aprovecharse del rezago de información de los bancos; otra, usar como pie dinero que nunca existió bajo la figura de un «descuento» que realizan las inmobiliarias y que en la práctica implica que el banco entrega un crédito por el 100% del valor al que se tasa la propiedad; por último, en casos dolosos se simulan contratos de arriendo con un «palo blanco» ante un notario, para acreditar que los departamentos -adquiridos, por ejemplo, con el sistema de créditos simultáneos- generan ingresos y así elevar adicionalmente el cupo de créditos para nuevos hipotecarios y créditos de consumo.

En terreno

«El Mercurio» hizo un recorrido por inmobiliarias del sector oriente y del centro de Santiago para ver qué tan extendidas son estas prácticas. Simulamos ser un comprador que gana entre uno a dos millones de pesos y planteamos la posibilidad de comprar varias propiedades con créditos en distintos bancos.

En Santiago centro nos encontramos con una realidad diversa. Cerca de la Estación Mapocho preguntamos en un edificio en el que primaban departamentos de un dormitorio en 30 metros cuadrados. El vendedor, sin complicarse demasiado, nos aclaró que se pueden gestionar varios créditos a la vez y que nos puede ayudar presentando la documentación respectiva al mismo tiempo en los distintos bancos.

Distinta fue la situación al visitar proyectos de inmobiliarias que cotizan en bolsa. Los vendedores consultados por «El Mercurio» respondieron que no estaban disponibles para este tipo de operaciones, aunque reconocieron que otras empresas sí las aceptaban.

 

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